
Si todos los cretinos volaran no veríamos nunca el sol.
¿Por qué ha elegido de nuevo los textos de Quim Monzó para hacer una película?
Son magníficos, tremendos, hirientes y muy divertidos.
Una de sus historias habla sobre el envejecimiento ¿Cómo se trata la vejez en Mil cretinos?
Con normalidad y con humor, sin dramatizar nada.
¿Cómo se ve de mayor?
Tengo 65 años y todavía no sé lo que es ser mayor, lo aprenderé en 20 o 30 años más quizás.
¿Prolongará su jubilación a los 67 años?
Los directores de cine de casta mueren con las botas puestas.
¿Qué tienen en común los personajes de su película?
La estupidez, una constante muy humana.
¿Con qué relato se identifica más y por qué?
Con todos y con ninguno.
¿Cuál es el mayor pecado capital del siglo XXI?
Cada uno de los siete que aprendimos de pequeños.
¿Y la mejor virtud de los humanos?
La sinceridad, la generosidad, el amor al prójimo. Muy antiguo pero muy cierto.
¿Qué recuerda de su primera película?
Un cuento de hadas que no se ha terminado todavía.
¿Cuál es la mayor satisfacción de un director?
Verse a sí mismo en la narración.
¿Cuál es la clave para gustar al público?
La autenticidad.
¿Cómo ha evolucionado el cine español?
Técnicamente muy bien, gracias.
¿Cuál es la última película que ha visto en el cine? ¿Le gustó?
El discurso del rey. Muy buena.
¿Qué proyectos tiene en mente?
Cantidad. Ahora queda intentar hacerlos posibles.

Mil cretinos
Quince relatos de Quim Monzó llevados al cine por Ventura Pons
Quince historias, contemporáneas y algunas históricas, donde en clave de humor, sarcasmo y valentía se pasa cuentas con el dolor, la vejez, la muerte y el amor pero, sobre todo, con la estupidez humana, sin concesiones, mirando a la cara el difícil equilibrio entre vida y miseria humana.
La narración se divide en tres partes: en la primera nos encontramos con ocho historias sobre la permanente estupidez de los seres humanos; en la segunda, seis cuentos históricos con situaciones y personajes míticos, reales o no; y en la tercera, un único relato que obliga a revisar toda la infancia.
Después de una década como director teatral, en la que dirigió una veintena de espectáculos, rodó su primera película en 1977: Ocaña, retrato intermitente
, seleccionada en el Festival de Cannes de 1978. Tras 22 largometrajes, 20 de ellos producidos con su compañía Els Films de la Rambla, fundada en 1985, es uno de los directores más conocidos de Cataluña.
Ha sido homenajeado en los Festivales de Bogotá, Tesalónica, Belgrado, Dijon y Luxemburgo y han presentado retrospectivas de su filmografía, entre otros, el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres, el Lincoln Center de Nueva York y los Festivales de Cine de Buenos Aires, Varsovia, Valdivia y Estambul.
Ha sido vicepresidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y actualmente es consejero de la SGAE y patrono de la Fundación Autor. Ha recibido el Premio Nacional de Cine de Cataluña, el Premio Ondas, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y la Cruz de Sant Jordi.
Filmografía:
